La Comisión Directiva de la FACE se pronunció a favor de la propuesta que se trabaja en Diputados para habilitar a usuarios particulares la inyección de energía renovable a la red eléctrica, pero con advertencias. En los próximos días la Federación mantendrá una reunión con el multibloque que trabaja el proyecto de Ley y convocará a asambleas internas para tomar una posición definitiva.
El multibloque conformado por los diputados Gustavo Bevilacqua (Frente Renovador), Juan Carlos Villalonga (PRO), Luís María Bardeggia (FpV) y Néstor Tomassi (Bloque Justicialista), que trabajan en conjunto desarrollando un proyecto de Ley de Generación Distribuida, continúa en su proceso de diálogo con entidades del sector para presentar una propuesta lo más abarcativa posible.
Con este objetivo, en los próximos días el cuerpo de trabajo de los legisladores se dará cita con la Federación Argentina de Cooperativas de Electricidad y Otros Servicios (FACE).
Asimismo, la entidad que nuclea a casi la mitad de las cooperativas eléctricas de todo el país llamará a una serie de reuniones internas, los días 29, 30 y 31 de este mes, para terminar de tomar posición sobre este tema, entre otros de agenda.
Como adelanto de la postura de la Comisión Directiva de la federación sobre el proyecto de Ley de Generación Distribuida, a principio de mes, durante el XVII Congreso Nacional de FACE, Ricardo Airasca, titular de la Comisión de Políticas Energéticas, hizo algunas declaraciones al respecto.
Si bien el dirigente señaló que es importante una legislación en este sentido, calificando a las cooperativas como “una herramienta ideal y confiable para desarrollar las energías renovables y distribuidas en la Argentina”, hizo algunas advertencias sobre los sistemas de remuneración que se barajan.
Indicó: “la implementación de la generación distribuida y renovable con el esquema tarifario actual, donde en el cargo fijo no se encuentra todo el VAD (valor agregado de distribución), sino que parte de él se cobra conjuntamente con los kWh vendidos, hace que si se aplica Net Metering (régimen de compensación) afecte seriamente a las distribuidoras, a pesar de la ventaja de ser necesario un solo medidor que registre una lectura en cada dirección, o bien simplemente registre en el consumo y descuente en la inyección a la red”.
“Aparte de perder VAD la distribuidora, se pierde la determinación real del consumo del usuario y de la cantidad generada por éste. Por otra parte si se aplica Net Billing, se tiene la medición correcta de lo consumido y generado, con un costo mayor pues necesita dos medidores pero puede ser aplicado sin afectar VAD si las empresas le facturan al usuario todo el consumo, incluyendo el autogerado y le retribuye el costo evitado, es decir acreditar al precio de la energía en ese punto, la suma de la autogenerada consumida más la inyectada a la red”, comparó Airasca.
Y concluyó: “este pensamiento nos lleva a resumir que: el VAD no debe ser el feed-in tariff, es decir, no debe ser la variable de ajuste para el desarrollo de la generación limpia y distribuida, por lo que deben estudiarse todas las variables que intervienen y con la participación de todos los actores, para obtener los fondos que lo hagan posible”.
Sobre las energías renovables en general y su depreciación de costos, el miembro de FACE consideró: “a raíz de sus actuales costos la generación autónoma con energías renovables empieza a tener sentido considerarla como un nuevo tipo de servicio a prestar por el sector cooperativo, consistente en el asesoramiento, venta y mantenimiento en el tiempo, especialmente en las zonas rurales, donde la potencia requerida es muy baja, en relación a la longitud de las líneas convencionales necesarias para la prestación del servicio”.
Por otro lado, en cuanto a desafíos de estas nuevas tecnologías, que involucran al usuario de energía eléctrica ya no como un mero consumidor sino también como generador, lo cual apuntan a un cambio de paradigma, Airasca opinó: “estas medidas con las que lograran producir lo mismo comprando menos energía, no debe verse como una amenaza a las distribuidoras, pues a la postre, estas empresas por ser más competitivas se mantendrán vivas y crecerán aumentando su consumo en un círculo virtuoso”.
“La inminente implementación de redes inteligentes en la distribución, harán posible mejorar la calidad, optimizar la gestión comercial, brindar mayor información al cliente, pero por sobre todo, gestionar la potencia y la energía con eficacia y eficiencia. El cooperativismo tiene experiencias pilotos con apoyo estatal en marcha con resultados esperanzadores en varias provincias argentinas que, tal como fue su propósito, permitirán replicarlo en el territorio nacional”, observó el titular de la Comisión de Políticas Energéticas. Fuente: energia estrategica
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