"Uno de los costados amargos del poder es tener que contrariar a
los amigos y quedarse un poco más solo. Como administrador público, Juan José
Aranguren conoce bien el dilema, que a él mismo hoy lo incomoda en al menos dos
situaciones. Ceder o no al lobby petrolero contra las energías renovables y
desoír o atender las crecientes críticas del grupo de los Ocho Ex Secretarios
de Energía, que empezaron a marcar diferencias profundas respecto a su
política.
El gobierno de Mauricio Macri decidió promover las energías
renovables, que están ganando protagonismo en la matriz energética a costa de
los combustibles fósiles. Y aunque muchas productoras de gas y petróleo se
sumaron a la nueva ola verde con alguna inversión, no dejan de ver el peligro
de ese progresivo desplazamiento.
Por eso empezaron a aparecer cálculos privados que muestran las
desventajas de la opción renovables, que serán exhibidos en próximos foros para
instalar el tema en la agenda del sector. Incluso el Instituto Argentino del
Petróleo y Gas, usina académica que representa a las petroleras, está alistando
un trabajo comparativo sobre el tema.
Según consigna el flamante paper de una productora, la energía
eólica resulta, en realidad, un 80% más cara que la de un ciclo combinado, que
se alimenta a gas, estimando entre u$s 5 y u$s 7,5 el millón de BTU de ese
carburante.
El costo mayorista del megawatt hora hoy promedia los u$s 60
para ambas fuentes eléctricas. Pero ese valor podría subir hasta 107 dólares en
la producida con viento si se computan otros costos asociados. El de los
beneficios fiscales que tiene la energía verde, los ajustes de precios según
los contratos de compra a largo plazo que firmó Cammesa y hasta lo que cuesta
garantizar potencia estable (como el viento o el sol no la procuran, hay que
compensar con otras fuentes actuales o nuevas).
Aquel texto incluye otra demostración sensible para cualquier
gobernante. A igual tarifa para un usuario final, una usina térmica destina el
83% del ingreso a la cobertura de gastos locales, con el consiguiente impacto
en la economía doméstica. La eólica, sólo el 33%, ya que sus bienes de capital
son básicamente importados.
En un cónclave técnico, el ex secretario de Industria y ex
Techint, Javier Tizado, añadió otro dato urticante: sólo el 10% del capital
invertido en renovables sería de origen nacional.
Naturalmente, esta artillería de argumentos fue alistada para
influir en quienes toman decisiones en el sector público, más que para generar
conciencia social.
Aranguren no es un interlocutor fácil. Bien lo supo Marcos
Bulgheroni (PAE) cuando en una reunión de hace un par de meses recibió frente a
un grupo de sus pares un no descalificador del ministro, bloqueando la
pretensión empresaria de que se prorrogue para Cerro Dragón el beneficio del
Plan Gas, que subsidia la producción.
Pero como Dios, el ministro aprieta pero no ahorca.
Gracias a un sistema de subvención que en parte se sostiene con
fondos públicos, el crudo y gas locales tienen precios más altos que en el
mercado internacional. Tanto, que ese gesto oficial magnánimo con las
petroleras le vale a Energía cuestionamientos de técnicos afines a la gestión
macrista.
Los Ocho ex Secretarios, neutralizados gentilmente en un inocuo
consejo asesor, hasta ahora fueron aliados políticos. Pero en ámbitos privados,
ya empezaron a criticar desde la presunta falta de planificación a largo plazo
a la intervención del Estado por la vía de los subsidios a la actividad,
heredada pero mantenida con retoques por esta gestión.
Frente a varios miembros de aquel octeto, el consultor Ricardo
Molina presentó días atrás un informe como disparador de un debate. Su
contenido hubiese hecho carraspear a más de un funcionario, pero sus escuchas
no lo objetaron para nada.
El titular de Consultores Energéticos Asociados destacó que Macri
se estaría apartando del documento de consensos energéticos redactado por los
Ocho y que firmó como candidato a presidente. Entre otras cosas, allí se
comprometía a incentivar la inversión privada con el estímulo de los precios,
eximiendo al Estado como inversor. Sin embargo, hay subsidio y sendero de
precios sostén para hidrocarburos y electricidad y la caja pública sigue
costeando las inversiones energéticas de mayor envergadura.
Otra transgresión a los postulados oficiales se habría producido
con la decisión de continuar ambiciosos emprendimientos concebidos por el
kirchnerismo, como las usinas hidroeléctricas de Santa Cruz, o las dos nuevas
centrales nucleares a financiar con capitales chinos. La determinación oficial
se tomó antes de que estuviesen alistados los avales técnicos y ambientales
requeridos por ley.
Aranguren o cualquiera de sus hombres podría resistir estas
críticas y aquellas presiones explicando los límites que la realidad le imponen
a un gobernante, forzándolo a distanciarse de su prédica y, a veces, de sus
convicciones. Para bien o para mal de los gobernados"
El Cronista
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