jueves, 5 de abril de 2012

Una lección más de lo que no se debe hacer en materia de política energética

Desde hace varios años se conoce la progresiva disminución de la producción de hidrocarburos. También era evidente que éste fenómeno impactaría negativamente en la posibilidad de abastecer la creciente demanda interna de energía con productos locales. Ningún especialista dejó de advertir que la brecha creciente entre los precios internos y externos de los combustibles (líquidos y gaseosos) y de la electricidad era un incentivo adicional para elevar la demanda energética. Más aún en el caso argentino que tiene una tendencia histórica a hacer un uso ineficiente de estos recursos, seguramente fomentada por la falsa idea de su inconmensurabilidad y erráticas políticas públicas de diferentes gobiernos y autoridades sectoriales. La primera etapa del actual gobierno tomó, en primera instancia, el tema a la ligera. No diseñó una política pública de mediano y largo plazo para superar esta insuficiencia. Cuando el agravamiento del problema se hizo sentir por la necesidad de importar crecientes volúmenes de hidrocarburos para abastecer una demanda energética impulsada por inusuales tasas de crecimiento del PBI (como ocurrió en varios paises de la región debido al arrastre provocado por los países emergentes -China, India, Brasil), el gobierno decidió tomar algunas medidas. Entre ellas la implementación de los programas Petroleo Plus y Gas Plus. En la práctica esta decisión implicó dividir el mercado energético en dos: un mercado basado en la producción existente a "precios viejos administrados" y un mercado nuevo con precios más altos a establecer por las autoridades conforme los proyectos presentados por los interesados. Pero luego, el actual gobierno, concluyó que estas medidas era insuficientes y sus efectos se harían sentir en plazos no inferiores a 5 años ¿y mientras tanto qué? El agravamiento de la situación fiscal (por un aumento acelerado del gasto público), el retraso en el tiempo de cambio real (que incrementó las importaciones), la desconfianza que incentivó la fuga de capitales, son algunos de los factores que impulsaron al gobierno a adoptar medidas de dudosa efectividad, en especial porque están llevando a una alta conflictividad con el capital extranjero aplicado a inversiones directas en el sector. Primero fue con Repsol de España. Mas recientemente, la provincia de Neuquén resolvió la caducidad del área de Covunco Norte a Azabache Energy, Fortín de Piedra a Tecpetrol y Veta Escondida al consorcio de Petrobras y Total. De esta manera el conflicto se expande y alcanza a Brasil, Francia y Canadá. Chile -cuya empresa ENAP controlaba 50% de Campamento Central, en Chubut- y los Estados Unidos, donde están radicados los fondos de inversión que poseen el 17% de YPF, ya estaban fastidiados por las drásticas medidas adoptadas. Estas acciones nacionales y provinciales llevan a plantear varias preguntas, por ejemplo: ¿cuál es su impacto en la percepción de los inversionistas?, si se retiran las concesiones a las actuales titulares ¿quién se hará cargo de la nueva exploración y explotación? ¿cuál será el origen de los cuantiosos capitales que la actividad requiere?, si el Estado Nacional y los estados provinciales se hacen cargo de la actividad ¿tienen la capacidad de gestión y la tecnología para llevar adelante los emprendimientos? ¿Enarsa no es un ejemplo de las limitaciones actuales que tiene el Estado para ser un actor efectivo y eficiente en este campo?

martes, 3 de abril de 2012

Microfísica de la política energética

Cuando el gobierno anunció el año pasado que se podía renunciar voluntariamente al subsidio de los servicios públicos de gas, electricidad y agua, luego de reflexionar sobre el asunto, un amigo decidió hacerlo porque consideró que por su situación económica personal no le correspondía. Digamos que fue una decisión ética. Al tiempo, recibió una carta del gobierno acusando recibo de su decisión y felicitándolo por la misma. Más tarde la distribuidora nacional de electricidad le mandó una carta pidiéndole que ratificara su decisión, cosa que obviamente hizo. Cuando le llegó la primera factura del servicio eléctrico, luego de este hecho, ¡oh sorpresa! seguía viniendo con el subsidio. Cuando entro a internet a "Pagos mis Cuentas" para abonar la factura surgió una leyenda que decía que podían aparecer dos importes (con y sin subsidio, supuso), pero realmente apareció uno (con subsidio). Como mi amigo conoce gente en la Secretaría de Energía trató de averiguar qué pasaba, pero ninguno de los consultados le pudo dar una respuesta. Solo le aclararon que desconocían lo que estaba sucediendo en materia de retiro de los subsidios y que sabían de casos similares. También le comentaron que al tema lo manejaban directamente a nivel del Ministerio de Planificación, en dónde existe una suerte de secretaria de energía paralela. Hace poco mi amigo leyó en un medio que el gobierno había decidido borrar con el codo lo que había escrito con la mano. Es decir no retirar los subsidios, salvo excepciones. La noticia era extraoficial. Como mi amigo es muy curioso y trataba de entender la lógica de lo que estaba sucediendo preguntó a algunos especialistas cuánto podían representar en términos monetarios dichas excepciones. Le contestaron que no más de 5% del facturado de EDENOR y EDESUR. Esto le confirmó que, pese a los anuncios del gobierno, todo seguiría como antes. La pregunta que se le hizo inevitable a mi amigo es: ¿de dónde saldrán los fondos para cubrir la continuidad de los subsidios? Y nosotros podríamos agregar: si la tarifa que pagan los usuarios no refleja los costos del servicio eléctrico ¿de dónde saldrán los recursos para incrementar la oferta energética a fin de satisfacer una demanda –domiciliaria, comercial, pública e industrial- creciente de electricidad?. Mi amigo, que está muy preocupado por este asunto, me contó una pequeña anécdota risueña, para calificarla de manera benévola: en el Ministerio de Planificación distribuyeron una oblea para pegar vaya a saber uno dónde (imagínese cada uno) que dice: “Yo adherí a la renuncia voluntaria del subsidio”. No está de más decir que mi amigo siente que su gesto ético cayó en saco roto.decía que podían aparecer dos importes (con y sin subsidio supongo) pero realmente apareció uno (con subsidio). Como trabajo en la Secretaría de Energía traté de averiguar qué pasaba, pero ninguno de los consultados me pudo dar una respuesta. La única conclusión que saqué era que el tema lo manejaban directamente a nivel del Ministerio de Planificación en donde existe una suerte de Secretaria de Energía paralela. Con el tiempo me enteré que a otras personas les pasaba lo mismo. Todo de manera extraoficial por supuesto. Hace poco leí un artículo -no recuerdo el medio- que decía que el gobierno había decidido borrar con el codo lo que había escrito con la mano. Es decir no retirar los subsidios, salvo excepciones. Un cálculo muy a la ligera indica que esas excepciones no deben representar más del 5% del facturado de las distribuidoras nacionales EDENOR y EDESUR (EDELAP fue transferida a la Provincia de Buenos Aires). Esta semana ocurrió un hecho risueño digamos para calificarlo de una manera benévola. En la Secretaría de Energía distribuian una oblea para pegar vaya a saber uno dónde (imagínese cada uno) que dice "Yo adherí a la renuncia voluntaria del subsidio" o algo así. Por ahora lo dejo aquí.

miércoles, 21 de marzo de 2012

Evolución de la producción nacional de petróleo


El cuadro adjunto, basado en datos proporcionados por la Secretaría de Energía, permite observar la evolución de la producción, las importaciones y las exportaciones de petróleo desde 1980 hasta 2010.
En materia de producción, su comportamiento se puede dividir en tres períodos: desde 1980 hasta 1990, cuando existía YPF, en el cual se mantiene prácticamente estancada; desde 1990 hasta 1998 en el cual se registra un incremento anual persistente que implica un 76% por encima de los valores registrados en el año inicial (aproximadamente un 7,3% p.a.); y un período que va desde 1998 hasta 2010 en el cual se manifiesta un decrecimiento constante, aunque con una tendencia que parece atenuarse en el tiempo. En 2010 todavía la producción es un 24% superior a la registrada en 1980.






Durante este período las importaciones no han tenido mayor significación. Su destino fue, básicamente, la destilación de ciertos productos que no pueden ser obtenidos a partir de nuestros crudos, generalmente de tipo pesado.
Observando la evolución de las exportaciones de petróleo está clara su fuerte correlación con el incremento y posterior decrecimiento de la producción.
La pregunta que surge inmediatamente es cómo se ha sostenido el crecimiento económico si la producción de petróleo viene disminuyendo paulatinamente desde hace tantos años sin que se tomen medidas de política económica que procuren revertir esa situación.
La respuesta la vamos a encontrar indagando en el aumento significativo del consumo de gas, ya sea producido localmente o importado del exterior.

domingo, 18 de marzo de 2012

Situación del mercado interno de hidrocarburos ante un eventual incremento del precio internacional

La Argentina no tiene una política coherente en materia de hidrocarburos. Los últimos acontecimientos ponen en evidencia una situación que fue negada hasta ahora sistemáticamente. La reducción en la producción de hidrocarburos (en especial petróleo) era un hecho evidente registrado por las cifras proporcionadas por las propias empresas. En cuanto al nivel de reservas, poco se puede decir porque los datos están basados en las declaraciones juradas de las empresas que el Estado no está en condiciones de verificar. La primera medida que adoptó el gobierno, antes de la actual gestión, fue instrumentar programas de nuevas inversiones (Petroleo Plus y Gas Plus) diferenciando el precio de los hidrocarburos "viejos" de los "nuevos". Pero lo efectos de estas medidas recién se podrán percibir dentro de 4 o 5 años en el mejor de los casos y, probablemente, no en las magnitudes necesarias para no tener que recurrir a las importaciones (especialmente de gas). Finalmente se tomó conciencia que el nivel de estas importaciones tenían ya un peso que las cuentas fiscales no pueden soportar. Ahora se busca presionar por todos los medios para que las empresas produzcan más. Pero este no es un problema de voluntarismo.
A esta situación se suma un problema adicional: la incertidumbre sobre la situación global que puede aumentar el precio del petroleo por encima de los valores actuales, que ya se encuentra en torno de los u$s 125 el barril. De producirse éste fenómeno los incentivos de las empresas para incrementar su producción local tendrán menor intensidad. Será más atractivo invertir en mercados con mayor liberalidad.
Algunos piensan en la alternativa de constituir un empresa petrolera estatal. Pero esto llevará años y no existe garantía que dicha empresa cumpla la misión que le pretenden asignar. Basta con ver el ejemplo de ENARSA S.A.

sábado, 17 de marzo de 2012

Incremento de las importaciones de energía

Para este año las importaciones de los tres principales rubros energéticos se expandirían entre 30% y 40 por ciento respecto del 2011. De acuerdo a estimaciones realizadas, en 2012 se necesitarán cerca de u$s 5.200 M para el gasoil considerando que, pese al crecimiento de la producción, no se llegará a cubrir la demanda local. También unos u$s 3.700 millones para GNL en barco (Bahía Blanca y Escobar), y otros u$s 900 millones por las importaciones desde Bolivia (ampliación de 7.5 a 11.5 millones de BTU diarios y a un mayor precio), lo que daría un total de al menos u$s 9.800 millones (sin incluir las importaciones de energía eléctrica de Brasil). Esta cifra implicaría un incremento de hasta el 40% de las importaciones respecto del año anterior y equivale al superávit comercial del año 2011: u$s 10.347 millones.

miércoles, 14 de marzo de 2012

Situación actual del sector energético argentino

Es dificil definir en que etapa nos encontramos en materia de política energética. Quizás la expresión apropiada sea que estamos en una etapa de confusión. Por un lado parece que el gobierno recien ahora toma conciencia de la situación en la que nos encontramos: se necesita importar insumos energéticos para sostener una demanda creciente de consumos residenciales y abastecer las necesidades productivas. Por otro lado se comienza a percibir que las tarifas subsidiadas estimulan el consumo, en particular la demanda de los sectores residenciales; aunque esto no se quiere reconocer. Estimular el consumo y procurar reducir las importaciones de energía son, actualmente, políticas incompatibles. Nuestra matriz energética depende fundamentalmente de los hidrocarburos. Esto se sabe hace mucho. Que la producción nacional de hidrocarburos esta descendiendo no es una novedad. Esto viene ocurriendo desde fines de los años 90 y tiene su origen, casi con seguridad, en el momento en que el gobierno decide no ser un actor relevante en el subsector de hidrocarburos. Las autoridades del momento están tratando de sincerar esta situación, pero la desarticulación institucional es tan grande que esto no es fácil de implementar. Se siguen aplicando políticas coyunturales y esto no se condice con la visión de largo plazo que requiere el sector enérgetico.

lunes, 12 de marzo de 2012

Secuelas del accidente de Fukushima

A pesar de haber transcurrido un año del dramático episodio (11 de marzo de 2011), todavía subsisten problemas no solucionados del accidente de la planta nuclear de Kukushima. Es evidente que la preferencia de Japón por la producción de electricidad mediante centrales nucleares de potencia quedó seriamente vulnerada y dificilmente se vuelva a la situación anterior. En este sentido la opinión de importantes sectores de la sociedad señala deficiencias y presiona al gobierno para que tome medidas para paliar las consecuencias del evento. A 20 kilómetros de la planta nuclear se evacuaron a cerca de 70.000 personas que no pueden regresar a sus hogares y trabajos. La compañía TEPCO, que operaba la planta, según los afectados, no ayudó a nadie como había prometido. En las proximidades de la zona del desastre (más de 20 kilómetros) los pobladores miden la radiación y dicen que el nivel de contaminación es superior al admitido por el gobierno. En la zona del reactor, un ingeniero recibe 4000 microsievert por hora, cuando al año solo se pueden acumular 10.000 microsievert para no afectar seriamente la salud.