martes, 4 de abril de 2017

Trump sepulta con un decreto el legado de Obama contra el cambio climático

En un giro que atenta contra las obligaciones firmadas en el Acuerdo de París, abandonó el objetivo de reducir las emisiones contaminantes y recupera la explotación de energías fósiles.

Con la firma de un nuevo decreto, el presidente Donald Trump terminó de desmantelar ayer el legado en la lucha contra el cambio climático de su predecesor, Barack Obama, en un giro que atenta contra el Acuerdo de París, pilar de la ofensiva global para preservar el planeta.
El decreto, titulado “Independencia energética”, le brinda un claro respaldo al carbón, el combustible fósil más contaminante, y elimina regulaciones que impulsaron el uso de energías limpias, la energía nuclear y el gas natural.
“Hoy celebramos el inicio de una nueva era en la producción de energía estadounidense y creación de empleo”, anunció Trump, en la sede de la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés), donde firmó la orden.
Trump dijo que el decreto “cancela regulaciones que matan empleos”, restringe la intervención estatal y “restaura libertad económica” en el mercado energético.
La Casa Blanca llevó a mineros de minas de carbón a la ceremonia. A ellos Trump les prometió, tal como lo había hecho durante la campaña, que volverían a trabajar.
“De eso se trata todo esto, de traer de vuelta los trabajos, de traer de regreso nuestros sueños y la riqueza al país”, puntualizó Trump.
En Estados Unidos, el carbón aporta alrededor de un tercio de la electricidad del país. Pero es una industria que agoniza, mientras el gas y las energías limpias prosperan.
En 2016, el sector energético creó 300.000 puestos de trabajo, según cifras del Departamento de Energía. La principal contribución provino de la energía solar, que aportó 73.000 empleos, un 23% más que el año anterior. Hoy, en Estados Unidos, la energía solar emplea a más gente en la generación de electricidad que todas las energías “sucias” combinadas: carbón, petróleo y gas natural.
El auge de la energía solar está recostado en una realidad: es la energía más barata, según cifras de fines del año pasado de Bloomberg. La energía eólica también es más económica que la convencional. Por eso, muchos creen que, más allá de las medidas que imponga Trump, el carbón ya murió a manos del mercado.
A través de regulaciones de la EPA, el brazo de protección medioambiental de Washington, y de incentivos fiscales e inversiones en infraestructura, Obama desplegó una batería de medidas para combatir el calentamiento global, apuntalar el uso de energías renovables y reducir la dependencia de Estados Unidos del petróleo extranjero.
Los republicanos acusaron a Obama de librar una “guerra contra el carbón” y de ahogar la creación de empleos en energía con sus regulaciones. Pero, paradójicamente, la producción de petróleo aumentó y permitió reducir las importaciones en un 60% durante su presidencia gracias al auge del fracking, la técnica de extracción utilizada en el yacimiento Vaca Muerta. A eso se sumó el aporte de las energías limpias. El carbón fue el gran perdedor.
“Amamos a nuestros mineros de carbón. Buena gente”, dijo ayer Trump. “Mi gobierno está poniendo fin a la guerra contra el carbón, vamos a tener carbón limpio, carbón realmente limpio”, prometió.
En campaña, Trump llegó a decir que el calentamiento global era un “engaño chino”. Luego matizó sus dichos, pero ni el presidente ni funcionarios de su gobierno han avalado las advertencias de la vasta mayoría de los científicos sobre el impacto de la actividad económica sobre el calentamiento global.
Economistas, ambientalistas y diplomáticos criticaron el giro de Trump y lamentaron el fin del liderazgo que había mostrado Estados Unidos con Obama en el esfuerzo por revertir el deterioro ambiental del planeta.
La Casa Blanca ha dicho que existe una falsa dicotomía entre el medio ambiente y la liberalización del mercado energético. El director de la EPA, Scott Pruitt, de fuertes lazos con la industria petrolera, ha dicho que el decreto de Trump permitirá desplegar una política que cumplirá los dos objetivos: proteger el medio ambiente y crear más puestos de trabajos.
El decreto pone en revisión el Plan de Energía Limpia de Obama, punta de lanza de la lucha contra el cambio climático del gobierno anterior. El plan buscaba reducir el uso de combustibles fósiles en la generación de electricidad y era vital para el cumplimiento de las metas del Acuerdo de París. Trump no ha confirmado aún si sacará a Estados Unidos de ese acuerdo, firmado en 2015.
Tras su discurso, Trump se acercó a un escritorio donde lo esperaba su decreto, miró a un minero antes de firmar la orden, y le dijo: “¿Sabés lo que es esto? ¿Sabés lo que dice? Vos vas a volver a trabajar”.
Ley sobre datos de usuarios en internet
En una polémica medida, el Congreso de Estados Unidos eliminó las garantías de privacidad en Internet. La Cámara de Representantes ratificó ayer una ley impulsada por el Senado y que permite a los proveedores de conexión a la Red comercializar los historiales de búsqueda de los usuarios. La aprobación del texto supone un triunfo para las grandes empresas de telecomunicaciones y cuenta con el respaldo de la Casa Blanca. Se espera que el presidente Donald Trump la selle en los próximos días.
La normativa salió adelante con 215 votos a favor (todos de republicanos) y 205 en contra (de los representantes demócratas junto a 13 republicanos). Trump firmaría el texto en los próximos días, por lo que sumará una regulación más a la lista de eliminadas la era de Barack Obama. Los republicanos argumentaron que este paso era necesario para eliminar regulaciones previas que consideran excesivas.

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