UN PASO EN UN LARGO PROCESO
Marcos Rebasa
El contrato de YPF con Chevron es un paso importante para romper el
cerco que intentó ponerle a la
Argentina la española Repsol. Desde esa perspectiva es un
acto de soberanía fundamental para continuar un largo camino, el que deber ser
complementado con otras acciones para darle sentido y contexto a esta decisión.
En primer lugar obtener acuerdos de YPF, o de otras empresas, para la
explotación de reservas no convencionales de gas, ya que el área motivo de este
acuerdo es principalmente de shale oil, y si bien el petróleo es necesario, lo
importante para el país hoy es el gas, cuya producción intensiva permitirá
evitar las costosas importaciones de ese fluído. En segundo lugar, si bien no
conocemos el contenido del contrato, es muy importante la transferencia de
tecnología a YPF y al sistema tecnológico local de la experiencia de fracking
en EE UU. Chevron tiene una limitada actividad en ese punto, pero existen
numerosas empresas medianas de ese país con las que se puede acordar para
acumular ese conocimiento. Un desarrollo con futuro de este tipo de
yacimientos, requiere también de industria local de suministros petroleros, salvo
que sigamos primarizando nuestra economía, como ocurre con la minería. El
ejemplo brasilero es paradigmático en este aspecto. En tercer lugar, debemos
encontrar formas de financiamiento local complementario que nos independicen del
sometimiento cultural a la inversión extranjera como única salida al desarrollo
de los hidrocarburos. Finalmente, para encauzar, promover y controlar estas y
futuras inversiones, así como al conjunto de la industria, la asignatura
pendiente es un Estado bien estructurado, moderno, eficiente,
institucionalizado, de una magnitud acorde con el desafío que importa esta cuestión
vital de la economía nacional.
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