domingo, 21 de julio de 2013


UN PASO EN UN LARGO PROCESO

Marcos Rebasa

El contrato de YPF con Chevron es un paso importante para romper el cerco que intentó ponerle a la Argentina la española Repsol. Desde esa perspectiva es un acto de soberanía fundamental para continuar un largo camino, el que deber ser complementado con otras acciones para darle sentido y contexto a esta decisión. En primer lugar obtener acuerdos de YPF, o de otras empresas, para la explotación de reservas no convencionales de gas, ya que el área motivo de este acuerdo es principalmente de shale oil, y si bien el petróleo es necesario, lo importante para el país hoy es el gas, cuya producción intensiva permitirá evitar las costosas importaciones de ese fluído. En segundo lugar, si bien no conocemos el contenido del contrato, es muy importante la transferencia de tecnología a YPF y al sistema tecnológico local de la experiencia de fracking en EE UU. Chevron tiene una limitada actividad en ese punto, pero existen numerosas empresas medianas de ese país con las que se puede acordar para acumular ese conocimiento. Un desarrollo con futuro de este tipo de yacimientos, requiere también de industria local de suministros petroleros, salvo que sigamos primarizando nuestra economía, como ocurre con la minería. El ejemplo brasilero es paradigmático en este aspecto. En tercer lugar, debemos encontrar formas de financiamiento local complementario que nos independicen del sometimiento cultural a la inversión extranjera como única salida al desarrollo de los hidrocarburos. Finalmente, para encauzar, promover y controlar estas y futuras inversiones, así como al conjunto de la industria, la asignatura pendiente es un Estado bien estructurado, moderno, eficiente, institucionalizado, de una magnitud acorde con el desafío que importa esta cuestión vital de la economía nacional.

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